Dos rosas en el Sur: Nueva cara de Brasil en el Mundo.
"comienza la agenda internacional de Dilma, encara uno de sus desafíos más difíciles en el reemplazo de Lula"
Lic. Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
www.politicabrasil.com.ar
En su tapa del 2 de enero, el monopolio destacó que Dilma Rousseff no había citado a Argentina en su discurso. Ese intento de marcar una discordia se esfumó en menos de 24 hs., cuando los cancilleres anunciaron que la mandataria fijó como primer punto de agenda internacional una visita a Buenos Aires. Este off-side periodístico, o político, no comprende los condicionamientos estructurales que tienen ambos países, tanto históricos como coyunturales, para establecer acuerdos comerciales, estrategias económicas y políticas en común, que los relaciona en forma estratégica y preponderante.
La visita de Dilma a su par Cristina Fernández, en su primera gira como Jefa de Estado, refuerza lazos de convergencia tanto en la integración económica y como en la política internacional de ambos países en el escenario latinoamericano y mundial, a lo que se agrega la perspectiva de género, como una distinción que marcará una impronta diferente a la relación Lula- Néstor (Dilma no le regalará a Cristina una camiseta de Racing L). En este encuentro, la agenda de trabajo centrará en profundizar una integración económica a partir de inversiones en infraestructura y desarrollo que faciliten la articulación de cadenas productivas y la circulación de productos. En definitiva, generar un espacio económico común.
Además de repasar los programas sociales desarrollados en ambos países, esta nueva etapa implicará pasar de acuerdos comerciales a políticas de desarrollo que permitan una integración equilibrada. De hecho, Dilma le propondrá generar un "polo" que fije acciones en ese sentido. La agenda prevé temas como la articulación productiva (en sectores como la industria automotriz), la generación energética (como la creación de una usina hidroeléctrica en Garabí) o la de recursos (como la explotación en conjunto de las reservas petroleras del Pre-Salt). Estas líneas se profundizan con planes de transporte y acuerdos técnico-productivos.
Algunos historiadores sostienen que la Cuenca del Plata había configurado una estructura económica en la región durante el virreinato, que el proceso emancipatorio desarticuló. Durante el siglo XIX, la configuración del capitalismo mundial y la formación de los estados nacionales, derivadas de la Guerra del Paraguay, hicieron que los flujos de desarrollo económico se vieran más hacia mercados europeos que hacia la región. De hecho, los incipientes estados, las Provincias Unidas y el Imperio, tuvieron una guerra por la provincia cisplatina (o banda oriental), que terminó con la independencia de Uruguay.
Posteriormente, el lapso republicano acercó a ambos países, que incluso fijaron acuerdos como el ABC (junto a Chile) en 1915, frente al expansionismo norteamericano, sin embargo, no implicó acercamientos económicos significativos. Incluso, durante la segunda posguerra, ambos países tenían profundas desconfianzas geoestratégicas, que recién en las alianzas anticomunistas de las dictaduras en los ´70, los flujos de comercio y relaciones económicas cambiaron se profundizaron, como el desarrollismo de ambos países alentaba.
La democratización en los ochenta pusieron en agenda un aspecto político, consolidar los Estados de Derecho, la firma del PICE (Programa de Intercambio y Cooperación Económica) firmado por Alfonsín y Sarney en 1986 fue el preludio al tratado de Ouro Preto que derivó en el MERCOSUR en 1992. Durante la década del noventa, el comercio intrazona se profundizó, producto de un tipo cambio convergente, que se entró en crisis a partir de las devaluaciones de ambos países. Con la llegada Lula en Brasil y Néstor en Argentina, se recuperaron los nexos económicos dotados de una nueva dinámica política.
"contrario a los agoreros de la discordia, Brasil reafirma su relación con Argentina". RR
Al elegir Argentina como primer país a visitar, además de haber confirmado una gira que comprende Uruguay, Paraguay y Perú, Dilma reafirma el énfasis que pondrá en la política exterior en relación a los países del Sur, tanto en América, como hacia las naciones pobres o emergentes. Además, buscará continuar con las líneas políticas entabladas en instancias de la UNASUR y la proyección de Brasil otros niveles de cooperación internacional, especialmente en el sistema ONU, donde busca ocupar una silla en su Consejo Permanente.
Además, se producirá un hecho histórico con el encuentro de dos mujeres al frente de estos estados. Al ganar la elección Cristina le dijo: "Bienvenida al Club de las compañeras de género". Al igual que su colega argentina, que tuvo el legado de Néstor, Dilma tiene el desafío marcar su propio perfil en la gestión y potenciar la popularidad que hereda de Lula. En este sentido, la relación con Cristina marca una posibilidad de marcar una perspectiva de género, capaz de mostrar las capacidades de conducciones femeninas que trabajen en el armado de una agenda común, especialmente desde, hacia y para mujeres.
En conclusión, la visita de Dilma Rousseff viene a afirmar estas convergencias y marcan líneas de continuidades de cambio en ambos países y en la región. Un punto importante ante las futuras gestiones que seguirá con la visita de Obama a Brasil en marzo de este año.
--
Ricardo Romero
Politólogo UBA/UNSAM
www.ricardoromeroweb.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario