martes, 12 de octubre de 2010

Entrevista a Raúl Pont. Por David Bono. (Iniciativa)

Iniciativa

Brasil: Dilma se encamina a ganar en segunda vuelta. “Queremos acabar con la pobreza y la miseria, garantizar condiciones mínimas de vida y dignidad, asegurando la vivienda y la educación pública, ese es el objetivo en este nuevo gobierno”. Entrevista exclusiva de Iniciativa a Raul Pont, fundador del PT, Presidente del PT de Río Grande do Sul y diputado electo en las últimas elecciones.

Por David Bono

Luego de las elecciones en Brasil que han conmovido el espectro de las democracias latinoamericanas, dialogamos con Raúl Pont, fundador del PT, Presidente del PT de Río Grande do Sul, ex Intendente de Porto Alegre, impulsor del Foro Social Mundial y reelecto diputado en estas últimas elecciones. Hablamos sobre las propuestas para este nuevo período, las apuestas de Dilma, la oposición, el rol de los medios, el ballotage y el futuro de Brasil entre otros temas.

¿Qué resultados dejan para usted estas elecciones, tanto a nivel nacional como a nivel estatal?

Por supuesto que para nosotros hubiera sido mejor lograr una victoria en primera vuelta, pero quedamos casi con el cuarenta y ocho por ciento de los votos para Dilma y ahora vamos a tener una segunda vuelta a fines de octubre, el domingo 31. Para nosotros lo peor fue que las encuestas decían que Dilma ganaba en la primera vuelta, pero estas tres últimas semanas tuvimos una campaña muy intensa en contra por parte de los diarios de acá, principalmente de San Pablo y Río. Hicieron una campaña muy dura contra Dilma por cosas que no tenían que ver con las elecciones, pero que involucraban cosas del gobierno, del tiempo que estuvo en la Casa Civil. Lo peor fue la campaña por la interna sobre cosas que no son directamente de la política, de programas, que son las viejas historias sobre el aborto, sobre la orientación sexual. Las iglesias evangélicas pentecostales tienen un gran peso, y para ellas esos temas tienen mucha relevancia. Inclusive me ha pasado a mí, en la calle me he reunido con la gente para discutir sobre trabajo, sobre las relaciones internacionales, sobre lo que vamos a hacer con la seguridad social, y finalmente terminaba dando explicaciones de cuestiones que no tenían que ver con las elecciones. En definitiva, fue una campaña muy sucia. De hecho, sufrimos algo muy parecido a lo que ocurrió con Lula en 2006 cuando también fuimos a segunda vuelta por ese motivo.

Sin tener, todavía, un cuadro completo del país, podemos afirmar que hemos crecido en nuestro estado (Río Grande do Sul). Ganamos en primera vuelta el estado por primera vez. Habíamos tenido una experiencia de gobierno en la provincia, y ahora volvemos junto con el Partido Socialista, el Partido Comunista de Brasil, el Partido de la República, que es un partido más chico, y un nuevo partido que es una escisión del viejo PDB, que se llama Patria Libre. Con una unidad política muy buena, sumado a que el gobierno de acá ha estado muy agotado, con un rechazo popular muy fuerte, y esa alternativa que el PDT y el PDB representaban no se ha consolidado, logramos imponernos. Ellos tenían una pelea interna porque una mitad de su electorado votaba a Dilma y la otra mitad a Serra. Sabemos que es muy difícil ser candidato a gobernador sin hablarle al país. Todo eso ayudó mucho a nuestra campaña y tuvimos una victoria muy importante.

Por otra parte, ganamos Bahía y Sergipe. Vamos a tener segunda vuelta en Brasilia, en el distrito de la Capital Federal, en Acre y en Pará, y tuvimos victorias muy importantes junto con el Partido Socialista en Pernambuco, Ceará y en Espíritu Santo. Fueron tres triunfos importantes con apoyo del PT, y también de algunos aliados importantes. Otro ejemplo es el caso de Río de Janeiro donde Cabral, que es el gobernador, tiene una relación muy fuerte con Lula desde el primer gobierno. Ya apoyó a Lula en 2006, ahora volvió a trabajar y a apoyar al PT. En ese distrito no teníamos candidatos, de hecho fue la elección en la que el PT tuvo el menor número de candidatos directos del partido a gobernador, porque se tuvieron que crear alianzas regionales fuertes, y ahí había que hacerlo con partidos del centro, como en el caso de Rio de Janeiro. Por su parte, nos fue mal en San Pablo, aunque Aloizio Mercandante ha crecido mucho, había cuatro candidaturas, y terminó con un tercio de los votos. Es una votación muy buena y allí el PSDB ganó en la primera vuelta. Hay que resaltar que contra los nombres más conocidos del Nordeste, de la oligarquía, que estaban siempre dirigiendo la oposición a Lula, tuvimos muy buenos resultados y fueron derrotados en sus estados, como por ejemplo Arturo Virgilio o algunos senadores. La gente que capitaneaba un enfrentamiento con el gobierno de Lula tuvo desempeños electorales muy malos, eso es lo que se desprende de los resultados finales.

¿Cuál fue el rol de los medios de comunicación a lo largo de la campaña?

Tuvieron un rol fuertísimo, porque se ha desencadenado una campaña muy sórdida. Había acusaciones directas contra Dilma. Ella tiene un gran compromiso con la gestión, pero ellos querían transformar todo en sospechas, y eso tuvo una influencia muy fuerte. Sin embargo Serra quedó con los mismos veinticinco puntos que tenía. Quien ha crecido fue Marina Silva, que fue la gran sorpresa. En todas las encuestas le daban once, doce, máximo trece puntos y llegó a la campaña con casi veinte, con diecinueve. Marina tiene siete años de gobierno con Lula, fue fundadora del partido, toda su vida política fue dentro del PT, como diputada, como senadora, como luchadora social. Yo pienso que sería muy difícil que Marina vaya a tener una posición de neutralidad o más aun de crítica con Dilma. La peor cosa que puede ocurrir sería la neutralidad, pero no creo que eso vaya a pasar, no creo que vaya a asumir una postura opositora a Dilma, por toda la historia tan fuerte que la une a nosotros.

¿Y qué nos puede decir del ballotage? ¿Cómo lo ve? ¿Qué postura van a tomar los seguidores de Marina?

De alguna manera esa es la duda que tenemos porque nosotros esperamos que la mayor parte de sus votos, al menos en los estados que hubo más votos, vayan para Dilma. Primero porque la fracción parlamentaria del PDB es muy chica. El problema es que no hay correspondencia con el sistema de voto nominal que tenemos en Brasil. El voto nominal aquí está completamente desfasado en la elección mayoritaria. No hay ninguna correspondencia de ese diecinueve veinte por ciento que hizo Marina con la representación parlamentaria. Acá en Rio Grande do Sul no obtuvo ningún diputado estadual, ningún diputado federal, en Santa Catarina lo mismo, al igual que en Paraná, lo que esto genera es una baja representación. En Rio de Janeiro tenían dos, uno era el candidato a gobernador, Gabeira, que tuvo un desempeño también sufrido y además tomó el apoyo de los sectores más conservadores, que es una contradicción con su vida, con toda su historia anterior. La victoria de Cabral en Rio fue aplastante, y la izquierda, la extrema izquierda, salió también muy derrotada, porque el PSU no ha elegido nadie en todo el país y el PSOL tampoco. No tengo los datos de Minas, pero acá tenían una diputada federal, que había sido fundadora del partido, la hija de Tarso, Luciana Genro, que hasta hizo una buena votación, alcanzó el cociente de Pará, hizo ciento treinta mil votos más o menos, nominalmente, pero el cociente acá para un diputado federal estaba en un promedio de doscientos mil votos, entonces no alcanzaron para elegir ni diputado federal, ni diputado estadual. Esta es una derrota, no solamente electoral, es una derrota política muy dura porque los partidos del campo de la izquierda vieron que los que apoyaron a Lula han crecido, por ejemplo el Partido Socialista ha crecido mucho, el partido eligió incluso gobernadores, como es el caso de Ceará o Pernambuco, en Espíritu Santo también y aun mantienen la disputa en dos estados. El Partido Comunista de Brasil también ha crecido, por ejemplo acá ha elegido dos diputados federales. Apoyar a Lula y mantener la posición de izquierda fue positivo, fue muy favorable.

¿Cuáles son los dos modelos que se oponen en esta elección? ¿Cuál es el modelo de Dilma, que de alguna manera es la continuidad del proceso que inició Lula, y el modelo que propone Serra?

Serra tuvo que sufrir la reedición de su programa, y esto fue muy duro, incluso Cardoso salió del país porque en el periodo más crítico de la campaña se fue a Europa, y no había una intención de Serra por exponer su programa de gobierno, no apareció en la televisión. Serra hizo de todo para escamotear, para esconder, no tenía cómo hacerlo en el debate programático, ideológico. En un primer momento hizo toda la campaña en la televisión, centrado en decir que quería ser más que Lula, no se presentaba como un proyecto alternativo, solamente decía que Lula llegó hasta acá y lo iba a superar. Inclusive, un ejemplo es la música que han creado, han intentado popularizar todo lo que es su nombre por Sé, que acá es un diminutivo de José, quedaba como Sesé, o Sé Serra, como popularizando José, y eso no pegó, de hecho pegó muy mal, le resultó una contra propaganda. Luego cambiaron eso por una postura más tecnocrática donde decían que Serra es mejor que Dilma, porque Dilma no tiene la tradición política, nunca ha sido candidata, siempre fue una secretaria, una ministra. De todas maneras esto queda demostrado que no es así, porque en su primer intento alcanzó el éxito, y Serra quedó con veintipico y no salía de eso. El problema fue el crecimiento de último momento de Marina, eso fue lo que impidió la victoria en primera vuelta. De todas maneras, ya estamos acá, empezando la campaña para garantizar la victoria, y garantizar la continuidad del proyecto, que es un proyecto de crecimiento, sin la entrada del Fondo Monetario, con una visión de intervención del estado, de distribución de la riqueza, de crecimiento del salario mínimo, de apoyo a la producción de la pequeña propiedad agraria, de fomento a los microempresarios, en fin, de hacer crecer la economía, de distribuir la riqueza. Por ejemplo con las políticas sociales como la “Bolsa Familia”, que es una especie de renta mínima, acompañadas de una política de inversiones muy grandes en educación tecnológica y educación universitaria avanzamos muchísimo. En pocas palabras, nunca se creció tanto en tan poco tiempo. En la universidad pública esas cosas han tenido mucha fuerza. También en materia de viviendas populares tenemos un proyecto en curso de construcción de un millón de casas. Fue un proyecto que Dilma quiere continuar en este nuevo mandato y alcanzar más de dos millones de casas populares para el próximo período. Esas son las cosas que pesan fuerte en esta elección, cómo cambió y mejoró la calidad de vida de los habitantes. Los planes sociales como la Canasta Familiar, llegan a más de un millón y medio de familias, es imposible decir que no cambiamos la vida de la gente.

¿Cuáles considera que fueron los logros del gobierno de Lula a lo largo de estos ocho años?

Yo pienso que la cuestión de la macroeconomía, la manutención de los bancos públicos, todo esto fue decisivo. Un ejemplo reciente es la capitalización de la Petrobras. Hoy es una empresa de más de cien mil millones de reales de capital. Junto con el Banco Nacional de Desarrollo tuvo ahora un nuevo parte de más de cien mil millones de reales para garantizar créditos, financiamiento a la producción para el próximo periodo. Solamente los movimientos que hace la Petrobras dentro del país son equivalentes a dos presupuestos de estados del sur, son más de setenta mil millones de reales. De eso hay consecuencias directas en el empleo, y esto no es menor. La semana pasada, los diarios especializados sacaron queeste es el menor desempleo de los últimos diez años, y eso es lo que tiene esta gestión, resultados concretos.

De todas maneras hay muchas cosas a hacer, no hicimos la reforma tributaria que queríamos, no tuvimos fuerza para hacer la reforma política, no se puede decir que todo fue resuelto, hay muchos problemas aun hoy, que es lo que queremos profundizar y cambiar en este nuevo gobierno.

¿Cree que en el gobierno de Dilma se van a poder revertir esas cosas?

Este es el objetivo, llegamos a alcanzar muchísimos logros, pero vamos a pelear mucho para alcanzar lo que nos falta. Es importante hacer una reforma política porque los partidos políticos no pueden soportar más el voto nominal y el financiamiento privado de las campañas electorales porque eso distorsiona completamente los resultados de las elecciones. Eso incluso se dio dentro del PT. Éramos un partido pobre, y lo interesante es que ahora dentro del propio partido se empieza a ver una distinción de quienes tienen buenas relaciones con la banca, con los gremios empresarios, y quien no las tiene, y es claro que eso también tiene consecuencias dentro del propio PT y de la izquierda. Esta situación es fatal para garantizar una nueva realidad para la democracia brasileña.

¿Cómo evalúa las democracias latinoamericanas?

En ese tema, Dilma también expresa una misma identidad con Lula. La política externa brasileña ha sido totalmente unánime y sólida dentro del partido. Dentro de todo el frente se expresa orientación por seguir el camino de la integración, por fortalecer la Unasur y trabajar para que no ocurran tentativas de golpe. No queremos una nueva Honduras. Hay un esfuerzo muy grande de las fuerzas de izquierda, de hacer una política ofensiva. Hoy Brasil tiene un intercambio comercial más grande con China o con India que con los Estados Unidos. Esto nos permite mayor independencia y autonomía.

En materia de integración, nuestra relación con Argentina es fundamental. Tenemos que profundizarla todavía mas porque son justamente estos los países claves para llevar adelante un plan de integración en toda América del Sur.

¿Cómo ve la participación ciudadana dentro de los procesos sociales que se llevan adelante en Latinoamérica?

Nuestro compromiso es recuperar esa iniciativa con mayor fuerza. Hay acuerdo en el PT de hacerlo con profundidad. El país seguirá creciendo pero todavía no sabemos si vamos a tener una gran fuerza política parlamentaria. No vamos a tener más del 30% de bancas de la cámara federal. Como dije antes, el voto nominal es una esquizofrenia política con el voto mayoritario. Uno camina para un lado y otro para el otro. En ese sentido, es muy difícil garantizar alguna gobernabilidad en Brasil junto la incorporación de proyectos como la democracia participativa. Son iniciativas muy rechazadas por los partidos de centro-derecha. En nuestro estado si ha sido absorbida por la sociedad e incluso queremos hacer algo que sea ejemplar. Por eso queremos trabajar con Tarso, queremos demostrar que es posible profundizar un nuevo modelo de democracia participativa.

¿Cómo ve el futuro de Brasil?

Nosotros nos pusimos algunas metas, queremos acabar con la pobreza y la miseria, garantizar condiciones mínimas de vida y dignidad, asegurando la vivienda y la educación pública, y eso queremos hacer en este nuevo gobierno. Tenemos un gran programa de salud, el Sistema Único de Salud que para nosotros es el camino. Debe mejorarse pero la base es muy clara porque pretende asegurar gratuidad, calidad y equidad. También queremos garantizar la jubilación, la seguridad social pública y estatal, que es creciente. No queremos tener una privatización en ese campo, o como tienen otros países un régimen de capitalización. Los regímenes nacionales y provinciales vienen de una concepción de solidaridad, de una generación a otra, y eso lo defendemos. Tenemos claro que es por ahí que hay que caminar. Esas son las grandes políticas sociales que se están haciendo, y hay que continuar.

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Balance crítico de los gobiernos post-neoliberales en América Latina

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Conversatorio en la UBA

Balance crítico de los gobiernos post neoliberales en América latina

El politólogo brasileño Emir Sader presentó su libro Lula-Dilma, 10 años de gobiernos post-neoliberales y dialogó con Miradas al Sur sobre las realidades actuales y las posibilidades de cambios profundos en los países de la región.

Balance crítico de los gobiernos post neoliberales en América latina

Cada tanto, el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, como modalidad de trabajo realiza lo que llaman “conversatorios”, donde invitan a importante intelectuales para charlar con los investigadores de esa casa de estudios y reflexionar sobre temas de coyuntura. En esta ocasión, convido al Profesor Emir Sader, politólogo brasileño, vinculado al Partido de los Trabajadores y el Movimiento de los Sin Tierra, ex secretario ejecutivo de Clacso y actual Profesor en la Universidad de San Pablo y Río de Janeiro.
En un ambiente más que agradable, con medialunas y café, en una salita pequeña pero colmada con una treintena de investigadores del instituto, tras la presentación de Carolina Mera, directora del Instituto, y la presentación de Julián Rebón, ex director de la casa, Emir Sader comenzó agradeciendo el desayuno y la primavera de Buenos Aires, un elogio para la sonrisa de los participantes, para luego comenzar con la presentación de su trabajo. En esta oportunidad, el intelectual de la izquierda latinoamericana, comenzó con la presentación de su libro Lula-Dilma. 10 años de gobiernos post-neoliberales en Brasil.
Un libro que fue apoyado por el Instituto Lula, donde tuvo la libertad de invitar a 50 diferentes intelectuales para reflexionar sobre los diez años de gobierno del PT, que como casi todos los gobiernos progresistas de América latina, es un gobierno de tipo pragmático y empírico, que a consideración del Emir Sader, avanzó por la línea de menor resistencia y que Lula es la personificación de eso. El libro tiene artículos críticos referidos a temas sobre políticas de medios de comunicación, reforma agraria, medio ambiente, entre otros. Desde su publicación en portugués, en seis meses superó el millón de descargas y ahora se edita en español. (Miradas al Sur dispuso un link para su descarga en portugués, para bajarlo ir a: http://bit.ly/1Ep1EwD.
En primer término, Emir Sader abordó el concepto de post-neoliberalismo, y sostuvo que “es una categoría descriptiva, porque cuando vino el neoliberalismo desconcertó a todos, por la avalancha que traía, por la supuesta modernización de la derecha, por la expansión universal que logró. Algunas personas de la izquierda, con cierta razón, decían que el neoliberalismo era la versión más radical del capitalismo, transforma todo en mercancía, y sólo salimos de eso con el socialismo. Teóricamente podría ser, no es que cerremos el tema, porque la verdad es que el Estado de Bienestar fue un paréntesis en la lógica liberal del capitalismo, el neoliberalismo mercantiliza todo, y sólo se sale con el socialismo. Pero: ¿qué pasa con la correlación de fuerzas?, que no muestra eso, porque el neoliberalismo viene del marco de un retroceso global enorme; para mencionarlo claramente, salimos de un mundo bipolar a uno unipolar, bajo una hegemonía imperial que cambió la correlación de fuerzas, lo que implicó un cambio inmenso, y la victoria de los Estados Unidos no fue sólo una victoria política, sino que fue una victoria ideológica”.
Ampliando el concepto de victoria ideológica, Emir Sader sostuvo: “En la guerra fría había dos interpretaciones del mundo, supuestamente, una que decía que la contradicción fundamental era entre “Socialismo” y “Capitalismo”, personificado en el campo socialista, y la otra que la centraba entre “Democracia y Autoritarismo” que derrotó al totalitarismo Nazi-fascista y ahora derrotaba al estalinismo. Pero en ese marco ellos ganaron, porque como Democracia, quedó la Democracia Liberal, y el capitalismo quedó como la economía. Además, la victoria ideológica monstruosa del modo de vida norteamericano, todo lo que está aparejado con su hegemonía. Además, se agotó un ciclo largo expansivo del capitalismo, lo que para Hobsbawm había sido la era de oro del capitalismo, desde el final de la segunda guerra hasta final de los años setenta, para el ingreso a un ciclo largo recesivo. A su vez, salimos de un modelo hegemónico regulador del bienestar social, keynesiano, a un modelo liberal de mercado. Esos tres factores se conjugan para marcar un retroceso brutal en la correlación de fuerzas a escala mundial; por eso, no basta con plantear una solución socialista, porque no hubo una derrota sólo del modelo soviético, la imagen socialista, del Estado, de la política, de los partidos, de los sindicatos (guack, sonrisas) se han desprestigiado; por lo que el socialismo se debilitó”.
Este escenario provocó un cambio de polaridad, que pasó de Capitalismo-Socialismo a Neoliberalismo-AntiNeoliberalismo, según Sader: “El socialismo salió de la agenda mundial. Se puede hablar de Socialismo del siglo XXI, pero nadie puede decir que en Venezuela hay socialismo. Es un objetivo, como Fidel dijo en 1961 “seremos todos socialistas”, pero lo cierto es que salió de la agenda. Con la irrupción del neoliberalismo el tema actual es consolidación o superación. De ahí el concepto de post-neoliberalismo para gobiernos que están en procesos de superación. Es significativo que en todas las elecciones, las polarizaciones se dan entre gobiernos progresistas posneoliberales y alternativas a derecha, con programas neoliberales. Incluso en Brasil, políticos que salen del gobierno para hacer una oposición pretendidamente de izquierda van rápidamente con la derecha, sea Eduardo Campos, que era socialista, o Marina Silva, que es ecologista, asumen el modelo económico consolidado. Lo que se da es que en la sociedad está anclada la polarización neoliberalismo vs antineoliberalismo. Esa es una realidad, no es la que queremos. Y las fuerzas de ultraizquierda, con el respeto que hay que tener por ellas, no han logrado consolidarse como fuerzas alternativas, pero la idea de que vamos a salir de esto con el socialismo, no agarra apoyo en la sociedad. Esa es la polarización, por eso post-neoliberalismo, para darle un nombre que no significa nada, simplemente algo posterior”.
En definitiva, el post-neoliberalismo es expresado por las actuales gestiones en América latina y tiene elementos que lo diferencia de la etapa anterior. En palabras de Sader: “Los gobiernos progresistas tienen tres elementos en común por lo que se puede decir que han roto con lo esencial del neoliberalismo. En primer lugar, la prioridad no es el ajuste fiscal, son las políticas sociales. Porque tanto Argentina y Brasil están en estancamiento económico, o en crecimiento vegetativo, pero se siguen implementando las políticas sociales, es la prioridad en el continente de América latina, la región más desigual del mundo, por lo que es el tema central nuestro; eso ya cambia radicalmente respecto a los gobiernos neoliberales. En segundo lugar, la prioridad no son los tratados de libre comercio con Estados Unidos, sino que es la integración regional y la relación Sur-Sur, lo también cambia nuestra inserción en el mundo. En tercer lugar, no es la centralidad del mercado, se rescata al Estado como instrumento que induce el crecimiento económico y garantiza derechos sociales. Tres elementos centrales, creo, políticas sociales, alianza regional y rescate del Estado, por lo que en su naturaleza son claramente distintos a los gobiernos neoliberales”.
Si bien los gobiernos de Venezuela, Bolivia o Ecuador pueden tener componentes anticapitalistas, frente a Argentina, Uruguay y Brasil que subyace la lógica antineoliberal, para Emir Sader los mismos pueden considerarse post-neoliberales, porque “consideramos que este concepto, descriptivo, apunta a rasgos y fenómenos sin decir conceptualmente lo que es. Y sí entendemos que decir que es igual a lo que fue el neoliberalismo es equivocado, decir que es más de lo que es, es errado. Porque si bien están en el marco del capitalismo, tienen una lógica opuesta al capital. En Brasil nunca se eligió a alguien contra el mercado, ahora sí, cualquiera sea lo que corresponda a la palabra mercado. Todo el gran empresariado estuvo con la derecha, todo. La Bolsa de Valores, toda con la derecha. Porque la lógica de nuestros países es la distribución de renta. Y este gran empresariado acumula riquezas con la exportación y el consumo agroexterno del mercado, no quieren producir lo que necesitan las nuevas capas emergentes y a su vez demandan gente que tenga recursos para comprar. Esa contradicción, es porque tienen su capital en las manos y la democratización social choca con eso. Por eso hay momentos en que se juegan a invertir y también a realizar boicots políticos al gobierno, quieren seguir ganando plata pero también apuestan a cambiar políticamente”.
Como cierre, Emir Saber expuso las contradicciones de esta nueva etapa y los desafíos que tienen estos gobiernos. Al respecto dijo: “Ellos quieren producir soja o coches, y la especulación financiera para ellos es cara. Además, cuando gobiernos como Brasil, para protegerse del terrorismo inflacionario, sube la tasa de interés les facilita la especulación financiera. Entonces hay una lógica allí donde se gana mucho más en la bolsa de valores que en cualquier inversión productiva. Porque tiene más liquidez, paga menos impuestos, una lógica diabólica, que se fomenta cuando se mantiene la tasa de interés alta. Hay una contradicción ahora que hace que nuestros procesos estén en su límite. Porque no hemos cambiado la estructura de poder más profunda de nuestras sociedades. Avanzamos por la ley de menor resistencia, no hay política social neoliberal por aquí, los tratados de libre comercio en Estados Unidos no tenían buenos antecedentes, no daban grandes perspectivas para la situación regional, y todavía más con la crisis de 2008 no entender al Estado como palanca fundamental de resistencia a la crisis, es una tontería. Lo que implica un avance en ese orden, pero no rompimos con algo fundamental, la hegemonía del capital financiero, porque esta fase de ciclo largo recesivo se profundiza, porque la hegemonía no está en el capital productivo sino en el especulativo. En tanto Reagan sostenía que había que desregular todo, porque hay muchos frenos a la inversión, Marx afirmaba que el capital no está para producir sino para acumular”, síntesis que recibió el aplauso de los investigadores.

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Pasado el susto,viene el balance

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El frente neodesarrollista está en crisis

domingo, 28 de septiembre de 2014

El frente neodesarrollista está en crisis en Brasil







http://sur.infonews.com/nota/9676/el-frente-neodesarrollista-esta-en-crisis-en-brasil


Entrevista. Armando Boito Jr.

El frente neodesarrollista está en crisis en Brasil

El frente neodesarrollista  está en crisis en Brasil
armando boito jr., JUAN CARLOS GÓMEZ LEYTON, EMILIO TADDEI Y ATILIO BORóN EN LA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DE LA UBA.
Brasil en Debate. Al referirse al tema, Boito Jr. comentó que: “La coyuntura brasileña presenta hoy una gran complejidad, que está inmersa en un cuadro mayor, que implica un período donde en Brasil hay una división muy clara entre el campo político neodesarrollista y el campo neoliberal ortodoxo. Digo neoliberal ortodoxo porque el campo neodesarrollista no ha roto con el neoliberalismo, pero lo ha moderado, lo ha reformado, y ésta es la división principal, a mi manera de ver”.
A su vez, siguiendo con el marco de análisis marxista, Boito Jr. relacionó la articulación social de cada campo de pensamiento. Así marcó: “El neodesarrollismo no es simplemente una corriente de pensamiento, cualquiera que sea la crítica, ella tiene, como todas las corrientes importantes de pensamiento, vínculos en la política y en la sociedad con los intereses sociales económicos de las clases. El neodesarrollismo está estructurado con la gran burguesía interna brasileña, que es una fracción de la burguesía brasileña, representa a esta fracción, pero se apoya en sectores populares, que la política neodesarrollista atiende también”.
Como reflexión, Boito Jr. sostuvo que neoliberalismo se ha extendido con tanta fuerza: “Porque hay una selección crítica de las ideas, que se han tomado las ideas neoliberales por el gran capital financiero internacional, que en Brasil la fracción de la burguesía está integrada a este capital. Por eso, también el neoliberalismo representa mucho más que una escuela de pensamiento, independiente de la conciencia de los neoliberales, y lo que importa es esta vinculación para el análisis de la política brasileña. Representa a esa fracción de la burguesía, pero se sustenta en un sector que no pertenece a la clase dominante, las capas ricas de las clases medias”.
Esta división lleva a diferentes discusiones en el campo socialista y marxista de Brasil sobre cómo deben ubicarse las clases populares. En tal sentido, Boito Jr. comentó que existen dos grandes posiciones: “Una que dice que hay que quedar fuera de esta división, porque tenemos de un lado una fracción de la burguesía, del otro lado, otra; o bien tenemos élites de los dos lados; o bien tenemos capitalismo de los dos lados, las clases populares deben quedar fuera de este juego. Las organizaciones o los intelectuales que eligen esta opción son aislados en la política en Brasil, no logran crecer, no logran una acumulación. (…) La otra posición dice que hay tomar partido entre estos campos, porque a pesar de ser una división al interior de la burguesía, esto no es indiferente para las clases populares. Este es un debate presente de máxima importancia en Brasil”.

El neodesarrollismo está en crisis. El dato más relevante, Boito Jr. lo marcó al sostener que la novedad en esta coyuntura brasileña es que el frente político neodesarrollista está en crisis, a su entender porque “las contradicciones en el interior de este frente político han sido siempre muy agudas, porque es un frente muy heterogéneo, donde tenemos una fracción de la burguesía, una de la más grande, tenemos clases medias también, junto a campesinos, obreros y trabajadores marginales, con intereses muy dispares. Ha habido siempre contradicciones pero en esta coyuntura particularmente después de 2013, se exacerbaron. Este es un primer elemento de la crisis del frente político neodesarrollista”.
Refiriéndose a la crisis, Boito Jr. atribuyó su aceleración a tres condiciones generales: la retracción del crecimiento económico, sumado a la aproximación de las elecciones, que a diferencia de 2006 y 2010 se realizan en un contexto de recesión, y a la presión de Estados Unidos en América latina. Según el brasileño: “No es solamente en Venezuela que el gobierno norteamericano coloca su dedo, no es solamente allá, es también en Argentina y en Brasil, de manera diferente, es verdad. En Brasil hay una presión enorme del FMI, que un mes sí y otro no, emite documentos contra la política económica del país, lo que provoca que el riesgo internacional presione para abajo la impresión de la evolución de la economía brasileña, a lo que se suma la presión de la prensa internacional, etc., etc., etc.”.
Sin embargo, Boito Jr. centró el problema de la crisis en las contradicciones del frente neodesarrollista, que al describirlas comentó: “El movimiento sindical viene creciendo en su número de huelgas y en la obtención de aumentos salariales, que al estar subiendo mucho empiezan a perturbar los acuerdos que existen dentro del frente. El movimiento campesino, que ha recibido una política social específica de financiación pública, de mercados institucionales; pero los campesinos sin tierra, los pobres, ha recibido muy poco, casi nada de la política social del frente neodesarrollista. Y algo interesante de la crisis, es que hay toda una capa de las clases medias que pudieron llegar a la universidad gracias a la política educacional de los gobiernos del PT, pero que no encuentran ahora empleos en el nivel del que pensaban que podían encontrar. Esto estuvo en la base de las manifestaciones de junio de 2013. Y esto abre otro debate, porque no fue una manifestación juvenil, porque los campesinos o los obreros, todos son jóvenes en algún momento de la vida, aquí fue la juventud de una capa social específica, que es esta clase media trabajadora que ha alcanzado niveles universitarios”.
¿Qué hacer? A partir de la crisis del frente neodesarrollista, según Boito Jr. surgen interrogantes, “es un momento terminal del frente neodesarrollista, o al contrario, es que este frente político logrará recomponerse, y de lograrlo, se compondrá a derecha o a izquierda. Es que este frente abre una oportunidad para el avance del movimiento popular o al contrario”. A su vez, el brasileño alertó que las contradicciones “minaron el apoyo popular del frente neodesarrollista, y que han facilitado el ataque de las fuerzas de la reacción contra las políticas del frente. No estoy diciendo que las luchas populares le hacen el juego a la derecha, porque tenemos luchas en curso que el pensamiento crítico debe sustentarlas. Pero debo decir que sí hay luchas que son instrumentalizadas por la derecha, doy un ejemplo, tal vez el más importante, los grandes medios –la prensa, la radio, la televisión– han estimulado un movimiento contra la Copa del Mundo, ‘no va a haber Copa’, ésta era la consigna, un movimiento que no aportaba nada al movimiento popular y solamente desgastaba electoralmente la candidatura del gobierno, del Partido dos Trabalhadores, y propiciando el crecimiento de los candidatos de la derecha”.

Dilma juega al ajedrez

http://sur.infonews.com/notas/dilma-juega-al-ajedrez

Observatorio Política Brasileña

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