Brasil: Dilma se encamina a ganar en segunda vuelta. “Queremos acabar con la pobreza y la miseria, garantizar condiciones mínimas de vida y dignidad, asegurando la vivienda y la educación pública, ese es el objetivo en este nuevo gobierno”. Entrevista exclusiva de Iniciativa a Raul Pont, fundador del PT, Presidente del PT de Río Grande do Sul y diputado electo en las últimas elecciones.
Por David Bono
Luego de las elecciones en Brasil que han conmovido el espectro de las democracias latinoamericanas, dialogamos con Raúl Pont, fundador del PT, Presidente del PT de Río Grande do Sul, ex Intendente de Porto Alegre, impulsor del Foro Social Mundial y reelecto diputado en estas últimas elecciones. Hablamos sobre las propuestas para este nuevo período, las apuestas de Dilma, la oposición, el rol de los medios, el ballotage y el futuro de Brasil entre otros temas.
¿Qué resultados dejan para usted estas elecciones, tanto a nivel nacional como a nivel estatal?
Por supuesto que para nosotros hubiera sido mejor lograr una victoria en primera vuelta, pero quedamos casi con el cuarenta y ocho por ciento de los votos para Dilma y ahora vamos a tener una segunda vuelta a fines de octubre, el domingo 31. Para nosotros lo peor fue que las encuestas decían que Dilma ganaba en la primera vuelta, pero estas tres últimas semanas tuvimos una campaña muy intensa en contra por parte de los diarios de acá, principalmente de San Pablo y Río. Hicieron una campaña muy dura contra Dilma por cosas que no tenían que ver con las elecciones, pero que involucraban cosas del gobierno, del tiempo que estuvo en la Casa Civil. Lo peor fue la campaña por la interna sobre cosas que no son directamente de la política, de programas, que son las viejas historias sobre el aborto, sobre la orientación sexual. Las iglesias evangélicas pentecostales tienen un gran peso, y para ellas esos temas tienen mucha relevancia. Inclusive me ha pasado a mí, en la calle me he reunido con la gente para discutir sobre trabajo, sobre las relaciones internacionales, sobre lo que vamos a hacer con la seguridad social, y finalmente terminaba dando explicaciones de cuestiones que no tenían que ver con las elecciones. En definitiva, fue una campaña muy sucia. De hecho, sufrimos algo muy parecido a lo que ocurrió con Lula en 2006 cuando también fuimos a segunda vuelta por ese motivo.
Sin tener, todavía, un cuadro completo del país, podemos afirmar que hemos crecido en nuestro estado (Río Grande do Sul). Ganamos en primera vuelta el estado por primera vez. Habíamos tenido una experiencia de gobierno en la provincia, y ahora volvemos junto con el Partido Socialista, el Partido Comunista de Brasil, el Partido de la República, que es un partido más chico, y un nuevo partido que es una escisión del viejo PDB, que se llama Patria Libre. Con una unidad política muy buena, sumado a que el gobierno de acá ha estado muy agotado, con un rechazo popular muy fuerte, y esa alternativa que el PDT y el PDB representaban no se ha consolidado, logramos imponernos. Ellos tenían una pelea interna porque una mitad de su electorado votaba a Dilma y la otra mitad a Serra. Sabemos que es muy difícil ser candidato a gobernador sin hablarle al país. Todo eso ayudó mucho a nuestra campaña y tuvimos una victoria muy importante.
Por otra parte, ganamos Bahía y Sergipe. Vamos a tener segunda vuelta en Brasilia, en el distrito de la Capital Federal, en Acre y en Pará, y tuvimos victorias muy importantes junto con el Partido Socialista en Pernambuco, Ceará y en Espíritu Santo. Fueron tres triunfos importantes con apoyo del PT, y también de algunos aliados importantes. Otro ejemplo es el caso de Río de Janeiro donde Cabral, que es el gobernador, tiene una relación muy fuerte con Lula desde el primer gobierno. Ya apoyó a Lula en 2006, ahora volvió a trabajar y a apoyar al PT. En ese distrito no teníamos candidatos, de hecho fue la elección en la que el PT tuvo el menor número de candidatos directos del partido a gobernador, porque se tuvieron que crear alianzas regionales fuertes, y ahí había que hacerlo con partidos del centro, como en el caso de Rio de Janeiro. Por su parte, nos fue mal en San Pablo, aunque Aloizio Mercandante ha crecido mucho, había cuatro candidaturas, y terminó con un tercio de los votos. Es una votación muy buena y allí el PSDB ganó en la primera vuelta. Hay que resaltar que contra los nombres más conocidos del Nordeste, de la oligarquía, que estaban siempre dirigiendo la oposición a Lula, tuvimos muy buenos resultados y fueron derrotados en sus estados, como por ejemplo Arturo Virgilio o algunos senadores. La gente que capitaneaba un enfrentamiento con el gobierno de Lula tuvo desempeños electorales muy malos, eso es lo que se desprende de los resultados finales.
¿Cuál fue el rol de los medios de comunicación a lo largo de la campaña?
Tuvieron un rol fuertísimo, porque se ha desencadenado una campaña muy sórdida. Había acusaciones directas contra Dilma. Ella tiene un gran compromiso con la gestión, pero ellos querían transformar todo en sospechas, y eso tuvo una influencia muy fuerte. Sin embargo Serra quedó con los mismos veinticinco puntos que tenía. Quien ha crecido fue Marina Silva, que fue la gran sorpresa. En todas las encuestas le daban once, doce, máximo trece puntos y llegó a la campaña con casi veinte, con diecinueve. Marina tiene siete años de gobierno con Lula, fue fundadora del partido, toda su vida política fue dentro del PT, como diputada, como senadora, como luchadora social. Yo pienso que sería muy difícil que Marina vaya a tener una posición de neutralidad o más aun de crítica con Dilma. La peor cosa que puede ocurrir sería la neutralidad, pero no creo que eso vaya a pasar, no creo que vaya a asumir una postura opositora a Dilma, por toda la historia tan fuerte que la une a nosotros.
¿Y qué nos puede decir del ballotage? ¿Cómo lo ve? ¿Qué postura van a tomar los seguidores de Marina?
De alguna manera esa es la duda que tenemos porque nosotros esperamos que la mayor parte de sus votos, al menos en los estados que hubo más votos, vayan para Dilma. Primero porque la fracción parlamentaria del PDB es muy chica. El problema es que no hay correspondencia con el sistema de voto nominal que tenemos en Brasil. El voto nominal aquí está completamente desfasado en la elección mayoritaria. No hay ninguna correspondencia de ese diecinueve veinte por ciento que hizo Marina con la representación parlamentaria. Acá en Rio Grande do Sul no obtuvo ningún diputado estadual, ningún diputado federal, en Santa Catarina lo mismo, al igual que en Paraná, lo que esto genera es una baja representación. En Rio de Janeiro tenían dos, uno era el candidato a gobernador, Gabeira, que tuvo un desempeño también sufrido y además tomó el apoyo de los sectores más conservadores, que es una contradicción con su vida, con toda su historia anterior. La victoria de Cabral en Rio fue aplastante, y la izquierda, la extrema izquierda, salió también muy derrotada, porque el PSU no ha elegido nadie en todo el país y el PSOL tampoco. No tengo los datos de Minas, pero acá tenían una diputada federal, que había sido fundadora del partido, la hija de Tarso, Luciana Genro, que hasta hizo una buena votación, alcanzó el cociente de Pará, hizo ciento treinta mil votos más o menos, nominalmente, pero el cociente acá para un diputado federal estaba en un promedio de doscientos mil votos, entonces no alcanzaron para elegir ni diputado federal, ni diputado estadual. Esta es una derrota, no solamente electoral, es una derrota política muy dura porque los partidos del campo de la izquierda vieron que los que apoyaron a Lula han crecido, por ejemplo el Partido Socialista ha crecido mucho, el partido eligió incluso gobernadores, como es el caso de Ceará o Pernambuco, en Espíritu Santo también y aun mantienen la disputa en dos estados. El Partido Comunista de Brasil también ha crecido, por ejemplo acá ha elegido dos diputados federales. Apoyar a Lula y mantener la posición de izquierda fue positivo, fue muy favorable.
¿Cuáles son los dos modelos que se oponen en esta elección? ¿Cuál es el modelo de Dilma, que de alguna manera es la continuidad del proceso que inició Lula, y el modelo que propone Serra?
Serra tuvo que sufrir la reedición de su programa, y esto fue muy duro, incluso Cardoso salió del país porque en el periodo más crítico de la campaña se fue a Europa, y no había una intención de Serra por exponer su programa de gobierno, no apareció en la televisión. Serra hizo de todo para escamotear, para esconder, no tenía cómo hacerlo en el debate programático, ideológico. En un primer momento hizo toda la campaña en la televisión, centrado en decir que quería ser más que Lula, no se presentaba como un proyecto alternativo, solamente decía que Lula llegó hasta acá y lo iba a superar. Inclusive, un ejemplo es la música que han creado, han intentado popularizar todo lo que es su nombre por Sé, que acá es un diminutivo de José, quedaba como Sesé, o Sé Serra, como popularizando José, y eso no pegó, de hecho pegó muy mal, le resultó una contra propaganda. Luego cambiaron eso por una postura más tecnocrática donde decían que Serra es mejor que Dilma, porque Dilma no tiene la tradición política, nunca ha sido candidata, siempre fue una secretaria, una ministra. De todas maneras esto queda demostrado que no es así, porque en su primer intento alcanzó el éxito, y Serra quedó con veintipico y no salía de eso. El problema fue el crecimiento de último momento de Marina, eso fue lo que impidió la victoria en primera vuelta. De todas maneras, ya estamos acá, empezando la campaña para garantizar la victoria, y garantizar la continuidad del proyecto, que es un proyecto de crecimiento, sin la entrada del Fondo Monetario, con una visión de intervención del estado, de distribución de la riqueza, de crecimiento del salario mínimo, de apoyo a la producción de la pequeña propiedad agraria, de fomento a los microempresarios, en fin, de hacer crecer la economía, de distribuir la riqueza. Por ejemplo con las políticas sociales como la “Bolsa Familia”, que es una especie de renta mínima, acompañadas de una política de inversiones muy grandes en educación tecnológica y educación universitaria avanzamos muchísimo. En pocas palabras, nunca se creció tanto en tan poco tiempo. En la universidad pública esas cosas han tenido mucha fuerza. También en materia de viviendas populares tenemos un proyecto en curso de construcción de un millón de casas. Fue un proyecto que Dilma quiere continuar en este nuevo mandato y alcanzar más de dos millones de casas populares para el próximo período. Esas son las cosas que pesan fuerte en esta elección, cómo cambió y mejoró la calidad de vida de los habitantes. Los planes sociales como la Canasta Familiar, llegan a más de un millón y medio de familias, es imposible decir que no cambiamos la vida de la gente.
¿Cuáles considera que fueron los logros del gobierno de Lula a lo largo de estos ocho años?
Yo pienso que la cuestión de la macroeconomía, la manutención de los bancos públicos, todo esto fue decisivo. Un ejemplo reciente es la capitalización de la Petrobras. Hoy es una empresa de más de cien mil millones de reales de capital. Junto con el Banco Nacional de Desarrollo tuvo ahora un nuevo parte de más de cien mil millones de reales para garantizar créditos, financiamiento a la producción para el próximo periodo. Solamente los movimientos que hace la Petrobras dentro del país son equivalentes a dos presupuestos de estados del sur, son más de setenta mil millones de reales. De eso hay consecuencias directas en el empleo, y esto no es menor. La semana pasada, los diarios especializados sacaron queeste es el menor desempleo de los últimos diez años, y eso es lo que tiene esta gestión, resultados concretos.
De todas maneras hay muchas cosas a hacer, no hicimos la reforma tributaria que queríamos, no tuvimos fuerza para hacer la reforma política, no se puede decir que todo fue resuelto, hay muchos problemas aun hoy, que es lo que queremos profundizar y cambiar en este nuevo gobierno.
¿Cree que en el gobierno de Dilma se van a poder revertir esas cosas?
Este es el objetivo, llegamos a alcanzar muchísimos logros, pero vamos a pelear mucho para alcanzar lo que nos falta. Es importante hacer una reforma política porque los partidos políticos no pueden soportar más el voto nominal y el financiamiento privado de las campañas electorales porque eso distorsiona completamente los resultados de las elecciones. Eso incluso se dio dentro del PT. Éramos un partido pobre, y lo interesante es que ahora dentro del propio partido se empieza a ver una distinción de quienes tienen buenas relaciones con la banca, con los gremios empresarios, y quien no las tiene, y es claro que eso también tiene consecuencias dentro del propio PT y de la izquierda. Esta situación es fatal para garantizar una nueva realidad para la democracia brasileña.
¿Cómo evalúa las democracias latinoamericanas?
En ese tema, Dilma también expresa una misma identidad con Lula. La política externa brasileña ha sido totalmente unánime y sólida dentro del partido. Dentro de todo el frente se expresa orientación por seguir el camino de la integración, por fortalecer la Unasur y trabajar para que no ocurran tentativas de golpe. No queremos una nueva Honduras. Hay un esfuerzo muy grande de las fuerzas de izquierda, de hacer una política ofensiva. Hoy Brasil tiene un intercambio comercial más grande con China o con India que con los Estados Unidos. Esto nos permite mayor independencia y autonomía.
En materia de integración, nuestra relación con Argentina es fundamental. Tenemos que profundizarla todavía mas porque son justamente estos los países claves para llevar adelante un plan de integración en toda América del Sur.
¿Cómo ve la participación ciudadana dentro de los procesos sociales que se llevan adelante en Latinoamérica?
Nuestro compromiso es recuperar esa iniciativa con mayor fuerza. Hay acuerdo en el PT de hacerlo con profundidad. El país seguirá creciendo pero todavía no sabemos si vamos a tener una gran fuerza política parlamentaria. No vamos a tener más del 30% de bancas de la cámara federal. Como dije antes, el voto nominal es una esquizofrenia política con el voto mayoritario. Uno camina para un lado y otro para el otro. En ese sentido, es muy difícil garantizar alguna gobernabilidad en Brasil junto la incorporación de proyectos como la democracia participativa. Son iniciativas muy rechazadas por los partidos de centro-derecha. En nuestro estado si ha sido absorbida por la sociedad e incluso queremos hacer algo que sea ejemplar. Por eso queremos trabajar con Tarso, queremos demostrar que es posible profundizar un nuevo modelo de democracia participativa.
¿Cómo ve el futuro de Brasil?
Nosotros nos pusimos algunas metas, queremos acabar con la pobreza y la miseria, garantizar condiciones mínimas de vida y dignidad, asegurando la vivienda y la educación pública, y eso queremos hacer en este nuevo gobierno. Tenemos un gran programa de salud, el Sistema Único de Salud que para nosotros es el camino. Debe mejorarse pero la base es muy clara porque pretende asegurar gratuidad, calidad y equidad. También queremos garantizar la jubilación, la seguridad social pública y estatal, que es creciente. No queremos tener una privatización en ese campo, o como tienen otros países un régimen de capitalización. Los regímenes nacionales y provinciales vienen de una concepción de solidaridad, de una generación a otra, y eso lo defendemos. Tenemos claro que es por ahí que hay que caminar. Esas son las grandes políticas sociales que se están haciendo, y hay que continuar.
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